jueves, 11 de octubre de 2012

Comemos y no enfermamos, por qué?


Consumo de alimentos base.


Sabemos que cada persona nace con una bioquímica determinada. Que le predispone a ciertas enfermedades. También sabemos que casi todas las enfermedades son multifactoriales, es decir , para su creación se necesita de la interacción de factores genéticos y del entorno. No se pueden modificar los primeros pero si los segundos, y eso basta en muchas ocasiones para prevenir o curar.

Los factores del entorno son los alimentos, principalmente. Hay unos alimentos llamados alimentos base que ayudan a mantener sano el organismo. Son los cimientos con los que construimos el organismo sano. Cada organismo  necesita de un programa de nutrición a medida, es lo que llamamos la nutrición según el grupo sanguíneo. Esto lo vamos a ver en el punto C. ahora nos centraremos en los alimentos base que ayudan a mantener sano el organismo que son:

AGUA
FRUTA
VEGETALES
CEREALES INTEGRALES
PROTEINAS
ALGAS
FRUTOS SECOS
LEGUMBRES
HUEVOS
PESCADO
CARNE
GRASAS.

Agua. Su consumo es imprescindible pero no es lo mismo beber líquidos que contengan agua que beber agua. El café, los refrescos que efectivamente contienen agua, desmineralizan y deshidratan pues la mayoría llevan algo de azúcar. Hay que beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día. Y si no puedes ,no pasa nada. Lo importante es acostumbrarse a beber agua durante todo el día. Como norma general empieza el día con un vaso de agua y acábalo con otro. Cuando te duela la cabeza, el estomago, tengas acidez, estés cansado o tengas cualquier otro síntoma común, bebe un buen vaso de agua antes de ir al medico o de tomarte cualquier cosa. Muchos de estos síntomas desaparecerán en cuanto te habitúes al consume regular de agua.

Fruta. Aporta: vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra, agua y enzimas. Alcaliniza el organismo (lo que necesitan los pertenecientes al grupo 0 para contrarrestar el ácido del estomago, pero tómala sola, no con las comidas.

Vegetales. Tienen un alto contenido en clorofila que elimina bacterias, que elimina también los depósitos de toxinas, que reduce inflamaciones y que aumenta la flora intestinal buena o amiga. Gran fuente de calcio.

Cereales integrales. Que no tengan gluten, pues esta proteína puede producir inflamación. No tomar nunca trigo, este es un cereal transgénico, osea, modificado genéticamente para multiplicar su rendimiento y aguantar plagas. Nuestro organismo no está preparado para asimilar correctamente este cereal. En cuanto a los demás cereales, tomar solo el que convenga según tu grupo sanguíneo.

Proteínas. Las proteínas (carne, pescado, huevos, lácteos y derivados) están hechas de 22 aminoácidos de los cuales 8 son esenciales, es decir, sin ellos, a la larga enfermaríamos. Hay que saber que estos aminoácidos(los esenciales) no los puede fabricar el cuerpo, de ahí la importancia de comer todos los días proteínas de calidad alta como las anteriormente mencionadas. Las legumbres y los frutos secos son alimentos con una buena cantidad de proteínas pero no contienen los aminoácidos esenciales que contienen las proteínas del pescado o de los huevos, por ejemplo. Las proteínas son quemadoras de grasa y sacian, impiden a los  músculos destruirse en caso de régimen y mas o menos las necesidades son de un gramo por kilo de peso.
Si para cenar nos acostumbramos a comer mucha mas proteína que hidrato de carbono y el hidrato es de índice glucémico bajo, generamos al dormir una fase baja de insulina que estimula la hormona del crecimiento y la activa, lo que hace que adelgacemos porque esta hormona, como veremos mas adelante, es un quemador muy potente de grasa (arginina y lisina) la proteína mas importante está en el huevo y en el pescado. Las proteínas son ricas en vitamina A y D, que son nutrientes indispensables para asimilar el calcio en los huesos.

Algas. Es el gran desconocido de los alimentos. Se las conoce como las verduras del mar. Las podemos comprar principalmente en herbolarios. Son ricas en aminoácidos, vitaminas, minerales como calcio, hierro, potasio o selenio y yodo. Este ultimo regula el metabolismo (activa la tiroides).

Frutos secos.  Creemos que vamos a engordar con su consumo y no es así, tienen mucha grasa pero esa grasa son ácidos grasos esenciales, que como hemos visto en el capitulo dedicado a las grasas, ayudan a adelgazar. Son una gran fuente de proteínas, vitamina B y E, cinc, calcio, magnesio y hierro. Previenen problemas cardiovasculares, hipoglucemias, falta de energía, desequilibrio menstrual, inflamaciones y los problemas de piel y huesos.

Legumbres. Son ricas en proteínas pero también en féculas, por esa razón son difíciles de digerir. Acostúmbrate a comerlas como guarnición y sólo las que puedas según tu grupo sanguíneo.

Huevos. A ver si acabamos con el mito de los huevos (con perdón), y su relación negativa con el colesterol. Los huevos son probablemente uno de los alimentos más sanos que hay. No son culpables del colesterol alto (lo son el azúcar, las grasas hidrogenadas y las trans) tiene vitaminas A, B, D y E. los huevos ayudan a que el colesterol sea convertido en útiles hormonas esteroides, que ayudan a protegernos de enfermedades. Además desintoxican el hígado de toxinas y metales pesados. Sólo si los consumimos cuando en nuestra dieta añadimos dulces de forma habitual, es cuando puede aumentar el colesterol.

Pescado. Gran alimento con proteínas de muy alta calidad. Previenen problemas cardiovasculares, artritis, inflamaciones crónicas y migrañas. Podrías comer pescado a diario si quisieras, es muy buena costumbre. Evita la tontería de “ayer comí pescado, hoy como carne”. Evita, si puedes, pescados de piscifactoría, están alimentados con pienso y este tipo de alimentación (ya lo hemos visto en la carne con las vacas locas) no sabemos que consecuencias tendrá a la larga en los animales. Hay pescados muy asequibles y congelados en alta mar que son salvajes y cuya calidad nutricional es optima (pues el congelado no altera sus propiedades nutritivas). Estos los tienes en las grandes superficies y supermercados y vienen ya por filetes y sin espinas, como por ejemplo el Fletan, la Panga, la Perca, El Bacalao, el Abadejo, la merluza…

La carne. Con la carne hay un problema, casi toda la carne menos la ecológica suele llevar restos de hormonas y antibióticos en la grasa . Un síntoma de ello es cuando echamos el filete a la sartén y lo único que hace es soltar agua. La carne ecológica te va a garantizar que no lleva esos productos, que está alimentada solo de forma natural y que no tiene antibióticos , pero no te garantiza que vaya a estar más rica. Hay supermercados donde podemos encontrar ya carne ecológica con una diferencia de precio escasa respecto a la normal. Pero bueno, si no puedes comprar carne ecológica por la razón que sea, que sepas que evitando la grasa estarás evitando la mayoría de los problemas. La carne roja es rica en vitamina A, E, B6 y B12, además de magnesio, cinc, fósforo, potasio, hierro, taurina, selenio y coenzima Q10. La carne de pollo y pavo es rica en vitamina B1, B5, B6 y B12, además de cromo, magnesio, manganeso, cinc, hierro y selenio. Puedes consumir carne diariamente sin ningún tipo de problema. Es una buena fuente de proteína, pero eso si, consume la que te corresponda según tu grupo sanguíneo. No engorda  

Grasas. Consumir aceite de oliva que ayuda a regular el metabolismo y a perder peso. Favorece el buen funcionamiento del hígado y previene trombosis, osteoporosis y cáncer de mama.


Sus cualidades son: eliminan las grasas de las células transportándolas al hígado para ser desintegradas por los ácidos biliares y eliminadas del cuerpo (ayuda a adelgazar).

Las grasas de los pescados azules y  las verduras de hoja verde:

Reducen la formación de plaquetas.
Baja la presión sanguínea y el colesterol.
Dilata los vasos sanguíneos.
Previene inflamaciones.
Regula la respuesta del dolor.
Ayuda a que la insulina sea más efectiva.
Mejora la función de los nervios y del sistema inmunitario.
Regulan el metabolismo del calcio.
Se encargan de movilizar las grasas saturadas.   


            Sin duda debemos consumirlas tanto como el aceite de oliva.
            Ojo, la primera señal de deficiencia de estos ácidos grasos es la piel seca y escamosa.

Vitamina C, la reina de las vitaminas.




Es sin duda alguna la vitamina más importante. Su ingesta diaria tiene que ser aceptable. La cantidad recomendada es de un gramo diario. Es una vitamina muy sensible a la luz y al calor
Si tu ingesta es la adecuada puede que te beneficies de la siguiente manera:

-          Ralentiza el proceso de osteoartritis, manteniendo la perdida del cartílago al mínimo.
-          Activa la capacidad de curación de heridas.
-          Interviene en la absorción del hierro.
-          Su falta produce debilidad muscular.
-          Con un gramo disminuye la frecuencia cardiaca en 8-10 pulsaciones.
-          Disminuye el colesterol si lo tienes previamente elevado.
-          Su déficit aumenta las enfermedades cardiocirculatorias.
-          Disminuye el riesgo de trombosis.
-          Aumenta las defensas y estimula el sistema inmunitario.
-          El nivel de vitamina C disminuye hasta el riesgo de escorbuto entre 6 y 12 horas después de haber sufrido un infarto.
-          Disminuye la frecuencia, duración e intensidad de los resfriados.
-          Detoxifica e inhibe la acción de los carcinógenos (cáncer).
-          Detoxifica el organismo de nitrosaminas.
-          Acción preventiva y sanadora en los primeros estadios de la evolución tumoral.
-          Aumenta la duración y calidad de vida en pacientes terminales (10gr al día).
-          Y por ultimo, es un gran protector ante los radicales libres.

Por todo esto, es más que aconsejable, el consumo regular de vitamina C. Es otro de los pilares fundamentales para una buena salud. Aconsejo la ingesta de vitamina C a través de pastillas de 1Gr.



Consumo según el grupo sanguíneo.

Este es un tema súper importante. El tipo de sangre que tienes influye mucho a la hora de tener buena o mala salud. Hay muchos alimentos que en un principio de por si son sanos, pero que para una persona en concreto puede que no lo sean porque reaccionan negativamente al tipo de sangre. El tipo de sangre es muy importante para el sistema inmune. Controla los virus, las bacterias, las infecciones, el estrés también y todo lo que afecta al sistema inmune.

Si tu tienes por ejemplo sangre del grupo 0 y recibes sangre del grupo B, tu cuerpo la rechaza inmediatamente. Esto lo hace porque, para tu cuerpo, ese tipo de sangre es un elemento extraño. Bien, este rechazo se produce gracias a unos indicadores químicos que están en las células y que se llaman antígenos. Y lógicamente cada tipo de sangre tiene un antigeno diferente, con una estructura química propia.

Cuando en tu cuerpo entra un antigeno diferente, lo que hace es crear anticuerpos para expulsar al “invasor”. A esta reacción de expulsar se le llama aglutinación. Si este virus o bacteria es aglutinado, es eliminado más fácilmente. Esta reacción de aglutinar células malas también ocurre con los alimentos. Algunos alimentos aglutinan las células de ciertos tipos de sangre. Es lo que he comentado antes del alimento que para ti puede ser beneficioso pero para mi puede ser como veneno. Esta aglutinación se realiza gracias a unas proteínas llamadas lectinas, que se encuentran en los alimentos, por eso cuando comemos un alimento que contiene proteínas lectinas incompatibles con nuestro antigeno de la sangre, las lectinas atacan un órgano o varios, puede ser cerebro, estomago, riñones, etc.

Por lo general nuestro cuerpo, nuestro sistema inmune nos protege de esas lectinas nocivas. Desechamos casi el 100% de las lectinas que absorbemos pero, hay de 3 al 5% de esas lectinas que se filtran en el torrente sanguíneo, destruyendo los glóbulos rojos y blancos.

La clave de todo esto, es pues, evitar las lectinas que aglutinan las células y causan trastornos de todo tipo.

Peter J. D´Adamo, médico experto en la materia, ha demostrado a base de métodos clínicos y de laboratorio, que alimentos son buenos y cuales son perjudiciales para cada grupo sanguíneo. Lo ha hecho aislando lectinas de los alimentos y observando bajo el microscopio si aglutinan las células o no.

Los beneficios de seguir la alimentación según tu grupo sanguíneo son palpables:

-          evitas virus e infecciones comunes.
-          Pierdes el peso que te sobra.
-          Eliminas toxinas
-          Combates enfermedades y dolencias relacionadas con el corazón, la diabetes, etc.
-          Al evitar factores que causan el deterioro de las células, retardas el proceso de envejecimiento.

Es en definitiva el método para obtener el rendimiento máximo de tu cuerpo. Es absolutamente prioritario seguirlo y los resultados son espectaculares. Te vuelves una persona realmente sana y dinámica y eso es genial.